25 de diciembre de 2012

Un día miras atrás...

Un día miras atrás y te das cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Lo rápido que cambian las cosas. ¿Te acuerdas del año pasado? ¿Dónde estabas? ¿Con quién estabas? 

Miras atrás y te das cuenta de gente que creías que estaría ahí siempre, ya no está contigo. ¿La razón? Como si solo hubiera una... La vida da muchas vueltas, sí, somos jóvenes y suena raro decirlo, pero ¿puedes decir lo contrario? Mientras conoces a gente nueva, otros se quedan por el camino, quién sabe por qué, tal vez no merecían estar a tu lado, o simplemente porque no, porque las cosas se acaban o porque ese no era el destino. 

No solo es la gente lo que ha cambiado, también has cambiado tú, aunque no te des cuenta. Todos vamos madurando, unos más rápido, otros más lento, pero todos cambiamos. Y tenemos que cambiar, si no, todo eso que hemos aprendido, todos nuestros errores ¿de qué servirían?

Podemos decir que progresamos como personas, y por lo tanto, abrimos nuevos caminos. Puede que haya gente que nos acompañe durante ese trayecto llamado vida, pero otros se irán quedando atrás y nosotros tendremos que seguir adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario